26 marzo 2007

Luxor Cut

Valparaíso Zona Cero





















































































En Valparaíso existen 15 ascensores, que nombro a continuación en orden de Norte a Sur:
Barón, Lecheros, Larrain, Polanco, Monjas, Mariposas, Florida, Espíritu Santo, Reina Victoria, Turri, Peral, San Agustín, Cordillera, artillería, Villa Seca. De los anteriores, cinco se encuentran cerrados, en el más profundo abandono, sólo el Monjas presenta trabajos de mantenimiento en la llegada superior, pero abajo, la puerta cerrada y la basura delatan su estado de decadencia.
Durante un día completo un grupo de estudiantes de arquitectura junto a sus profesores nos dedicamos a recorrer cada uno de los ascensores para conocer sus valores espaciales y entender el contexto urbano en el que se emplazan, sin embargo nos encontramos un escenario que se debatía entre malas decisiones y el desinterés común. Por ejemplo el primer caído es el ascensor Barón cuyo acceso desde el plan quedó a trasmano luego que se instalara el supermercado donde antes estaba el ex gasómetro, este edificio creó un ascensor moderno, gratuito que llega a una gran terraza y desde ahí el cerro está a tiro de piedra, pero el precio a pagar fue perder el primer mirador y unos de los ascensores más emblemáticos del Puerto, esto apoyado por la edificación en altura que rompió la escala tradicional del lugar.
Luego el Lecheros y el Larrain, dentro de su precariedad, aún se encuentran funcionando, incluso el Lecheros desarrolla cada sábado un taller de arte gratuito para los niños del cerro.
Al llegar al Polanco, el único ascensor vertical de Valparaíso, nos enteramos que no existen repuestos que puedan hacerlo funcionar, recuerdo que siempre estuvo en franco deterioro y ahora simplemente fue cerrado sin tener claridad ni fecha alguna que nos haga suponer que será reabierto, incluso la torre y su mirador panorámico se encuentran absolutamente clausurados.
El Monjas, como ya cité se, encuentra en mantenimiento, al menos es un signo de rescate, y desde en frente se observa el ascensor del cerro La Cruz que fue abandonado hace muchos años y su caseta semidestruida, así como sus carros completamente oxidados, nos presentan el triste destino de este patrimonio cinético.
Mariposas, Florida y Espíritu Santo continúan en funcionamiento pero como ya he señalado todos están en una condición limítrofe, es decir, a punto de ser cerrados por su inestabilidad estructural o simplemente por la baja afluencia de pasajeros.
El Reina Victoria es uno de los mejores y su importancia radica en ser la alternativa para subir al Cerro Concepción ya que el ascensor Turri ha experimentado un alza en su precio de 200 a 500 pesos, lo que ha generado la reacción de los vecinos expresada en letreros y pancartas de protesta por esta injusta decisión.
Sin duda, el ascensor Peral es el mejor mantenido y es un ejemplo a seguir por los demás, su cabina de llegada de vidrios panorámicos, la estructura impecable y la maquinaria digna de un museo están en perfecto estado.
Luego llegamos a la zona cero, la de la explosión, todo el área está clusurada por carabineros, no permiten sacar fotografías y tampoco se puede utilizar el ascensor del cerro Cordillera, la alternativa era el San Agustín detrás del Palacio de Justicia pero ese también está clausurado, han desapareceido las viviendas que lo conformaban y no hay escaleras de acceso, es uno de los más tristes espectáculos de abandono y decadencia.
El Artillería que llega al paseo 21 de Mayo y museo Naval está siempre colapsado con el acostumbrado flujo turístico. El último es el Villa seca y también se encuentra cerrado, esta vez producto del nudo vial desarrollado en el área para el acceso de camiones que dejaron prácticamente sin accesibilidad peatonal a este medio de transporte.
Lamentablemente el escenario presente y futuro es desalentador, la responsabilidad de la municipalidad, así como los privados a quienes perteneces estos ascensores no manifiestan un proyecto real de activación, restauración o mantenimiento, estamos invirtiendo todas nuestras energías para que UNESCO retire el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad que recae sobre nuestro devastado Valparaíso y en ese momento, ya será demasiado tarde.






21 marzo 2007

Egipto pixeles













Recorrer Egipto puede ser una experiencia que marque viajero por el resto de sus días. Su estructura axial determinada por el Nilo, permite recorrerlo ordenadamente de norte a Sur desde Alejandría hasta Asuán y detenerse en ciudades o poblados intermedios para admirar los templos y pirámides, así como la vida cotidiana. Obviamente el centro de todo esto es El Cairo, capital de casi 20 millones de habitantes. Llegar a esta metrópolis y poder caminar por sus barrios, conociendo los templos y mezquitas, mercados, museos, es un placer, pero hay que poner cierta atención para que no se transforme en una pesadilla. Por ejemplo eludir los meses de verano en que las temperaturas suelen llegar a 45° y 50° C.
Los complejos arqueológicos de Giza, Sakkara, Dashur contienen las pirámides más antiguas de cerca 5000 años, y el contexto geográfico en que emplazan dejan en silencio a quienes observan esas masas perfectas bajo un cielo nuboso, más parecido a Temuco en primavera que al Sahara. Para llegar a otras necrópolis como Hawara, Médium, es necesario tomar un taxi por el día, disfrutando el recreo de pasar del más rudo desierto al más verde paisaje, propio del oasis de Fayum, cardióide geográfico, que los antiguos faraones utilizaron como centro de irrigación y que llegó a ser el más importante vergel de medio oriente.
El viaje en tren desde El Cairo a Luxor dura 10 horas, acá es todo belleza y distensión, el boleto sólo cuesta 3500 pesos, en segunda, claro. La llegada a Luxor y el avistamiento de los templos así como el complejo arqueológico del valle de los reyes y reinas, Hatshepsut, Rameseum, colosos de Memnon, Karnak, es simplemente un bombardeo de sol e intensidad, los muros esculpidos, la especialidad y las dimensiones hablan claramente que esta teología extinta correspondió a la más grande jamás concebida por el ser humano y que lamentablemente las posteriores, como Hicsos y Coptos, trataron de destruirla martillando rostros , mutilando colosos y derrumbando columnas, sin embargo sucumbieron a su letal intervención debido al esfuerzo sobrehumano que implicaba desdibujar o borrar estas obras maestras.
Luxor es una de esas ciudades en que uno se quedaría a vivir, con bazares o zocos repletos de productos interesantes, especias, pigmentos, telas, frutas, oficios, que distraen y embrujan al visitante, sólo hay que tener cuidado con la extrema amabilidad de los habitantes que suele traducirse en persecución por un diezmo o bakshish.
Partir a Asuán y visitar su isla Elefantina, los templos rescatados de la presa, como el de Isis en la ya hundida isla de Philae, o el de Kalabsha, y viajar a Abu Simbel a celebrar el ingreso de Atón, Ra, Horus, o como le queramos llamar al sol, al sancto sanctorum o cámara de las apariciones del templo de Ramsés II es simplemente trasladarse en el tiempo y el espacio, acá los nubios celebran cada 22 de febrero el paso a la vida, como nuestra Pascua cristiana, que es posterior al menos 3000 años a este rito.
Finalmente el recorrido desde Asuán a Kom Ombo se realiza en felucca, embarcación primordial, que sólo impulsada por el viento, demora dos días con sus noches, hasta llegar a destino, deteniendo su vela triangular de belleza incomparable, en playas virginales y templos semidestruidos, abrigados por las estrellas. Esos dos días replantean la existencia y permiten renovar las energías internas de los tripulantes, porque quien recorra el río y nade en él, quien ingrese a los templos y toque los relieves con la mirada, al menos estará tocando un fragmento de eternidad.



19 marzo 2007

ellos


respiración artificial

detalle

Siberia

tormenta