28 diciembre 2005

PRAGA







20 diciembre 2005

CAMINATAS URBANAS










La caminata urbana puede tener una connotación de deriva como la planteaban los situacionistas, y dejar que la ruta se presente sorpresiva, sin esperar nada de ella, aleatoria y laberíntica, que conduce a lugares nuevos y sorprendentes, donde el fruto es siempre satisfactorio y de pasada nos enteramos de la existencia de espacios magníficos. O puede tener un carácter lineal, de rutina, donde la morada o residencia y el trabajo establecen los polos de una ruta obligada que terminamos aborreciendo, o lo que es peor, asumiendo e ignorando. Ambas formas de habitar la ciudad son válidas, acontecen como la vida, sin proponérselo, y como las abejas o las hormigas, llevamos una orden interna, algo genética que nos llama a reunirnos en grupos, en masas informes, o reconocibles, pero genéricas, que se desplazan como tribus urbanas que avanzan por el territorio por inercia, los niños siguen a sus padres, los pares siguen a sus líderes, los líderes siguen sus intereses, habría que averiguar cuáles son esos preceptos o motivaciones, creo que últimamente todo gira en torno al comercio, ocio, alienamiento, pero ¿quién establece el límite, quién señala cuál es patrón de valores a seguir?, frente a esa pregunta sólo resta observar, al orador, al sin casa, a esos grupos y sus rutas, al menos en los signos arqueológicos de sus huellas de la investigación contemporánea se podrá extraer cuáles son los motivos del movimiento, Los espacios en que este se desarrolla. Una canción italiana: Piazza Grande indica que no es necesario tener sábanas blancas, amores, ni esperanzas, sólo hay que habitar y vivir en Plaza Grande y la vida vendrá corriendo a abrazarte.