21 noviembre 2005

Villa Quinchao





















(8 de diciembre 2004)
Tomar unos días y partir, tomar un tren, bus, ferrie, traspasar las fronteras, ingresar a la zona epicentral de la fiesta, desde las referencias de los mapas verbales, de los datos, de la intuición. Una vez ahí ser parte de esa situación efímera pero trascendental, de un momento breve que permanece en la memoria por lo intenso, el sol directo quemando la retina del alma, dejando su marca, y la iglesia como una mater, desintegrándose físicamente, acogiendo en su seno el ritual, la conmemoración. Un Monumento nombrado en el concierto de Patrimonios de la humanidad por UNESCO recibiendo su fiesta o Patrimonio intangible, demostrando que los patrimonios están vivos, no sólo son espacios magníficos o grandes obras históricas, sino sobretodo son espacios que reciben situaciones como el gesto fundacional, entorno al cual se desarrolla el poblado, el preámbulo exterior de la iglesia donde se realiza el deambulatorio de la procesión y el espacio interior sagrado en el cual los espíritus, las imágenes, los signos y símbolos, la comunidad y todo lo espiritualmente imaginable se unen para consagrar un año más a la devoción de esta María que es reina, madre, navegadora de esos lago-mares Chilotes.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Alejandro.

Genial que más te puedo decir, un trabajo fecundo, una rigurosa y mágica visión espacial, hombre de lentes muy bien trabajados junto con una de seguro bien viajada reflex, Canon tal vez? ;-)

Pero el arte de poder expresar con imágenes y sentimientos escritos, hacen de la exposición una vivencia casi multimedial, que se graba con gusto en la retina y en el alma.

Un fuerte saludos señor. Y un privilegio será visitarlo seguido en estas sus tierras.

Un abrazo.

Fernando

22 noviembre, 2005 00:00  

Publicar un comentario

<< Home